Decálogo para la prevención de desarrollar enfermedades ambientales

 

 

 

La mejor forma de prevenir la aparición de enfermedades ambientales es evitar la exposición a tóxicos ambientales.

Muchas de las sustancias que afectan negativamente a nuestro organismo están presentes en productos de uso cotidiano.

  1. Consumir alimentos orgánicos libres de pesticidas y de aditivos innecesarios como colorantes, conservadores, saborizantes, etc. Si además son productos de temporada y de cercanía se consiguen mejores precios y contribuye a una economía más solidaria.
  2. Evitar herbicidas y biocidas dentro y fuera del hogar. En domicilios y lugares de trabajo/estudio se recomienda utilizar métodos alternativos no tóxicos. Es posible informarse de cuando se producen fumigaciones en parques y jardines en los ayuntamientos y también solicitar que se sustituyan por otros productos menos nocivos.
  3. Reducir el uso de envases de plástico para alimentos, ya que los cambios de temperatura provocan la liberación de sustancias a la comida y bebida que interfieren con el sistema hormonal y se relacionan con enfermedades como infertilidad, obesidad, cáncer de mama, próstata y otras patológicas. Evitar también Los PFOS y PFOAS del recubrimiento antiadherentes de ollas y sartenes.
  4. Consumir agua filtrada o en botella de vidrio. El agua de grifo suele contener multitud de contaminantes a lo que se le añade cloro,restos de medicamentos y pesticidas y otros productos peligrosos.
  5. Sustituir los productos de limpieza por productos ecológicos o naturales que presentan propiedades desinfectantes iguales o incluso superiores, como agua con bicarbonato, limón, vinagre, etc. Además, supone un ahorro económico considerable.
  6. Limpiar el polvo con frecuencia. La contaminación en el interior de los hogares es hasta 3 veces superior a la que hay en el exterior, y una parte importante se debe al polvo doméstico. Es recomendable ventilar a diario y en caso de que el ambiente exterior también sea sucio puede ser conveniente usar purificadores de aire.
  7. Los detergentes para la ropa deben ser libres de fosfatos, perfumes, y otros tóxicos que dañan nuestra salud y el medio ambiente. Una buena opción es el jabón tradicional a base de aceite y sosa caustica. No usar nunca suavizantes ya que presentan hasta 8 sustancias neurotóxicas diferentes que pueden entrar en nuestro organismo por inhalación o por el contacto con la piel.
  8. Descartar los productos con fragancias de la lista de la compra: perfumes, cremas, desodorantes, geles de ducha, etc. existen en el mercado alternativas sin fragancias que permiten evitar alergias y sensibilidades.
  9. Utilizar mobiliario libre de disruptores endocrinos y otras sustancias toxicas. Pinturas, barnices, retardantes de llama, etc. son productos con los que se tratan lo suelos, muebles, colchones, tapicerías, y otros elementos del hogar. El aire interior se ve contaminado por estas sustancias y su inhalación continuada puede provocar graves efectos en la salud.
  10. Reducir la exposición a los campos electromagnéticos procedentes de teléfonos móviles en inalámbricos, wifi, electrodomésticos, e instalación eléctrica. Apagar por completo el wifi y teléfonos durante la noche permitirá que el organismo ponga en marcha sus procesos de recuperación y regeneración.