La Iniciativa para la reducción de la exposición a disruptores endocrinos en la sanidad (IRDES) es una campaña que tiene por objetivo evitar que las personas que reciben tratamiento hospitalario sumen a sus problemas de salud un nuevo elemento: la contaminación por alteradores hormonales.
En determinados casos esta exposición puede ser intensa, como en las unidades de neonatología y de hemodiálsis, a través de incubadoras, tubos, bolsas… A lo que hay que añadir otras fuentes como productos de limpieza, mobiliario e incluso la comida que reciben los pacientes. Sustituyendo ciertos materiales y productos podría lograrse una mejora en la recuperación de los enfermos y, sobre todo, prevenir futuras patologías relacionadas con la disrupción endocrina que pueden surgir a madio y largo plazo.