Aunque son una minoría insignificante al lado del gigante químico, las tiendas de gourmets, algunos hipermercados y comercios especializados en productos “bio” están introduciendo en nuestro país sartenes y cacerolas “libres de PFOA”, esto es, alternativos al clásico teflón, un recubrimiento anti-adherente cuya peligrosidad está ya fuera de toda duda al tratarse de un disruptor endocrino. Algunos fabricantes ya han ido retirando estos materiales de sus productos, pero no parece muy cauto esperar a una prohibición oficial para renovar nuestra cacharrería.

El teflón es el material antiadherente más habitual para recubrir sartenes, ollas y demás utensilios de cocinar. Es muy cómodo porque evita que los alimentos se peguen al fondo. Pero, en estos tiempos, siempre hay que desconfiar de las industrias que lo ponen todo muy fácil.

.Se sabe que a partir de 270 grados –temperatura aparentemente muy alta pero que se alcanza fácilmente si dejamos la sartén al fuego varios minutos sólo con aceite- , el recubrimiento se agrieta y libera al menos 10 gases tóxicos, varios de ellos, cancerígenos. En 2005, la compañía Du Pont fue multada con 16,5 millones de dólares (la mayor sanción administrativa jamás impuesta por la EPA) por ocultar estudios que demostraban que el ácido perfluorooctanoico estaba contaminando el agua potable en las inmediaciones de una fábrica suya al oeste de Virginia, y que el compuesto atravesaba la placenta y pasaba de madre a hijo. Además de “pagar”, DuPont se ha comprometido a eliminar el PFOA del proceso de fabricación del teflón antes de 2015 y sustituirlo por productos alternativos biodegradables, lo que reconoce implícitamente la peligrosidad del producto pero no deja muy tranquilos a quienes han usado durante años un material a todas luces peligroso para nuestra salud.

Si se resiste a tirar su sartén de teflón, siempre hay que cocinar a fuego bajo y nunca deje la sartén vacía y al fuego. Si observa arañazos o ralladuras, tírela porque entonces ya es seguro que el cacharro va a soltar partículas químicas al alimento a cualquier temperatura. No utilice a diario estos instrumentos; por éstas y otras razones, es más sano cocinar al vapor o al horno.

Mejor aún es pasarse a las sartenes de acero inoxidable o las de hierro de toda la vida o probar una cacerola de titanio revestida de carbón o cualquiera de los cacharros con revestimiento cerámico. Todas ellas son soluciones más caras, pero, a diferencia del PFOA, son herramientas seguras y sin ninguna toxicidad.